martes, 1 de diciembre de 2009

INNERE MEDIZIN

Antecedentes históricos de la especialidad

El término Medicina Interna se pierde en la historia, ya que en la estructuración de los programas de estudio de las universidades medievales se hacía absoluta distinción entre medicina y cirugía, basada en la prioridad que se atribuía entonces al quehacer intelectual sobre el manual, y a la consideración de que las prácticas quirúrgicas no necesitaban más que éste último. A partir del cierre de la Facultad de Medicina de París por los gobiernos de la Revolución Francesa y de la apertura de nuevas escuelas que otorgaban títulos de médico cirujano, se unieron ambas disciplinas en razón de que los avances logrados en esa época fueron particularmente pertenecientes al campo de la cirugía, misma que se ubicó en la vanguardia médica.

El término Medicina Interna proviene del alemán Innere Medizin, popularizado en Alemania hace poco más de 100 años para describir a los médicos que combinaban la ciencia del laboratorio con el cuidado de los pacientes. De hecho, fue el Profesor Friedriech, en el I Congreso de Wiesbaden en 1882, para designar una medicina caracterizada por el más alto nivel científico, basada en la investigación clínica y experimental, y aplicada de manera práctica con una visión panorámica del enfermo. Muchos doctores norteamericanos de principios del siglo XX estudiaron medicina en Alemania y trajeron este nuevo campo a los Estados Unidos, campo que fusionó el descubrimiento científico con el arte de curar. Ellos adoptaron el nombre de Medicina Interna, correspondiendo a Sir William Osler la definición moderna de esta especialidad.

William Osler fue el prototipo del internista. Su capacidad de trabajo, visión clínica de los problemas del enfermo, el desarrollo de actividades alrededor del paciente (tanto asistenciales como docentes y de investigación), y su capacidad para describirlas, fueron desarrolladas magistralmente en su obra The Principles and Practice of Medicine (1882) y marcaron sin duda el punto de partida de la especialidad.


La primera sociedad de Medicina Interna en México fue creada en 1895 enfocada hacia “el todo” o “integralidad” del paciente, lo cual dio lugar a trabajos muy valiosos entre los que destacan los de Terrés.

En nuestro país el anterior concepto fue tomado en cuenta para la asignación de los pabellones del Hospital General de la Ciudad de México, fundado en 1905, estableciéndose un Departamento de Medicina que estuvo a cargo de José Olvera.

Sin embargo, no puede decirse que la Medicina Interna naciera de la nada. El que a lo largo de todo el siglo pasado se mantuvieran los nombres de Clínica y Patología Internas entre las asignaturas de las escuelas de medicina, y la de México no fue la excepción, señala el sentido de dicha distinción, y no es de extrañar que en los programas posteriores se continuara así, no desapareciendo hasta 1956, cuando se decidió dar prioridad a las especialidades.

El Hospital General fue el centro por excelencia de la Medicina Interna mexicana, caracterizada su escuela por una gran calidad clínica. Fue en él en donde se pasó gradualmente, en la década de los novecientos veinte, de la exploración que solamente se basaba en el empleo de los sentidos a aquella que fue incorporando poco a poco algunos aparatos. No obstante que el estetoscopio era un instrumento esencial para la auscultación, en 1924 había sólo uno de ellos en el pabellón de Cardiología del hospital.

La multiplicación de los conocimientos médicos, especialmente de la fisiología fue tal que en 1935 se fundaba la Sociedad Mexicana de Medicina Interna, que agrupaba a especialistas en medicina propiamente dicha: Cardiología, Dermatología y Psiquiatría. Es de señalar que un año después, en 1936, fue cuando se estableció un Consejo de Certificación de la especialidad en los Estados Unidos.

La conversión del pabellón 9 del Hospital General en Hospital de Enfermedades de la Nutrición fue un elemento muy importante en la redefinición de la Medicina Interna pues, aunque el nuevo hospital tuvo que incorporar disciplinas quirúrgicas, ha logrado a través de los años agrupar a las nacientes especialidades médicas y ofrecer una visión de conjunto que va más allá de cada una de ellas. Es esquema adoptado en 1946 de atender a los enfermos sin que se les adscribiera a ninguna especialidad en particular rindió excelentes frutos, permitiendo que desde entonces se estableciera también una residencia en medicina interna.


Durante los siguientes años fueron abiertos cursos similares en el Hospital General del Centro Médico Nacional y el de la Raza, ambos del IMMS y en el Hospital 20 de noviembre del ISSSTE, de modo que cuando, en 1967, la Facultad de Medicina de la UNAM incorporó a sus cursos de especialización el de Medicina Interna, fueron los cuatro citados los que proporcionaron el modelo de programa y los primeros en afiliarse. Para 1973 era ya 11 las cedes.

De gran importancia fueron la creación de la Asociación Mexicana de Medicina Interna en 1974 y del Consejo correspondiente un año después.

1 comentario:

  1. no pues asi si... al paso que vamos a de haber un electrocardiograma en todo el hospital y en el 2050 habrá un solo ecocardiograma...

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